Según el médico pediatra Carlos Moreno, el pelo y la caspa de animales como el gato y el perro y otros que cambian de pelaje ayudan a desencadenar procesos alérgicos en aquellas personas que sufren de rinitis, dermatitis y asma por este motivo, especialmente cuando son niños.
«Si alguien es alérgico a estos animales, sobre todo al gato, el organismo reacciona ante el pelo y la caspa que se quedan en la nariz como si fueran un extraño, y surge la inflamación, irritación de ojos, picor, tos y otros síntomas», explica el doctor.
Por eso, si en su casa algún miembro de la familia sufre de estas enfermedades, a la hora de elegir una mascota es mejor pensar en los peces o pájaros. «Como están en una jaula o en la pecera, los niños no los acarician ni los besuquean», dice Moreno.
De acuerdo con el pediatra, si desde bebés se convive con animales como gatos o perros, es muy improbable desarrollar este tipo de alergias. «Entre más pequeños, se sensibilizan más a los animales y el organismo desarrolla la capacidad para defenderse», explica.
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