En invierno, los gatos que viven en la calle pasan mucho tiempo refugiados en los bajos de nuestros coches. Esta costumbre puede causar serios peligros a nuestros gatos como heridas, asfixia e incluso la muerte. Así que lo mejor es que cada invierno mantengas a tu gato dentro de casa y además tengas cuidado de no herir a ningún gato callejero que pueda haberse refugiado bajo tu coche.
Los gatos se refugian bajo los coches
En condiciones de frio, los gatos suelen refugiarse en los bajos de los coches aparcados para mantenerse a salvo de la lluvia, la nieve y las bajas temperaturas. Muchas veces incluso consiguen acceder hasta el compartimento del motor por los huequecitos que hay en nuestro coche, pensando que ahí estarán calentitos y a salvo, sobre todo si el coche está recién apagado. Así que es muy importante que antes de que vuelvas a arrancar tu coche compruebes que no hay ningún gato debajo. Puedes dar una patada a los bajos de tu coche, golpear en el techo y tocar el claxon antes de arrancar. En lugar de arrancar el coche y comenzar a andar directamente podemos arrancar y esperar un poco antes de comenzar a andar para que aún les de tiempo a salir de ahí.
El peligro bajo los coches
Si bien el frio del invierno puede ser muy peligroso y causar hipotermia, bajo los coches también puede hacer frío y podemos encontrarnos algún gatito con síntomas de congelación o hipotermia. En un caso así el gato debe ser tratado por un veterinario. Otros de los peligros además del frio son los envenenamientos por ingestión de aceite o líquido anticongelante en caso de que algún gato curioso lo pruebe. Finalmente, el caso más habitual es aquel en el que el conductor no se ha dado cuenta de que hay un gato bajo su coche y éste es accidentalmente atropellado, causándole fracturas e incluso la muerte.
Asfixia
Si un gato está escondido debajo de un coche y nieva, puede quedar atrapado si hay una cantidad considerable de nieve entre el suelo y el coche. Esto puede dar lugar a la privación de oxígeno y asfixia si el gato no puede escapar. Un gato que está atrapado bajo un coche también se puede ahogar si el coche está encendido y el dióxido de carbono que consume el poco oxígeno que queda.
Como podéis ver el invierno es especialmente duro para los gatos. Por favor, tened el máximo cuidado posible para que ninguno nos llevemos un mal rato con un accidente de este tipo. A continuación tenéis dos imágenes que podéis compartir para concienciar a cuanta más gente sea posible ¡Gracias por difundir!