Cuando tu gato ponga por primera vez las patas en su nuevo hogar, dependerá de ti para que le cuides. Así que deberás llevarle al veterinario lo antes posible. También es buena idea tener una carpeta con todos sus documentos sanitarios en un mismo lugar. Puedes tener el número de teléfono del veterinario también en ella, para encontrarlo rápidamente cuando lo necesites.
Si puedes costearlo, piensa en hacerle un seguro veterinario, ya que los tratamientos a consecuencia de accidentes pueden resultar caros. Probablemente nunca lo necesites, pero en lo que atañe a tu pequeño amigo, siempre es mejor prevenir que lamentar.
La primera visita
Tu gatito no puede decirte lo que le ocurre, de forma que si no está bien o parece triste, es mejor que lo lleves al veterinario simplemente por precaución.
El viaje
Los gatitos suelen tener miedo cuando van al veterinario por primera vez. Si no han ido nunca en coche, los nuevos ruidos y olores pueden abrumarles. Para que el viaje sea más agradable, te recomendamos que uses un trasportín de gato con un cierre seguro. Sería muy fácil que se escape de una caja de cartón o de tus manos. Se sentirá mucho más cómodo si haces que el trasportín le recuerde al hogar poniendo cosas con el olor de casa en su interior. La manta de su cesto será perfecta. También puedes hacer pruebas, dejando que use el trasportín como cama o escondite unos días antes del viaje.
En el veterinario
Cuando llegues al veterinario, mantén al gatito en su trasportín. Se sentirá más seguro dentro, especialmente si hay perros ladrando u otros gatos en el entorno. Puedes crear un ambiente agradable y divertido para él en el interior del trasportín poniéndole juguetes y unos pocos premios. Cuando llegue su turno para que le vea el veterinario, permanece junto a él. Asociará tu voz con cosas agradables como cuando le das de comer o juegas con él, así que acarícialo y háblale para que se sienta confiado. El veterinario apreciará tu ayuda. Recuerda que si su primera visita es un éxito, es más fácil que las próximas veces también lo sean.
Ten todo preparado
En la primera visita, tu veterinario te dirá todo lo que necesitas saber para asegurarte de que tu gatito está en excelente forma física y psicológica. El veterinario también te explicará los riesgos sanitarios que debes tener en cuenta.
Depende de ti
Aunque el papel del veterinario es importante, el verdadero centro del universo de tu gatito eres tú, y su bienestar depende de tus conocimientos y cuidados. Por ello, debes empezar a revisarle la boca y los dientes lo antes posible. Te será mucho más fácil limpiarle los dientes correctamente si estás familiarizado con ellos.
Es especialmente importante inspeccionarle los dientes por si tienen sarro. Si ves que tiene las encías rojas e inflamadas, llévalo al veterinario y pronto estará perfecto. Procura que le vean los dientes al menos una vez al año, coincidiendo por ejemplo con la fecha de las vacunas.
Por mucho que maúlle como protesta, es importante que sigáis una buena rutina de aseo, desparasitaciones y control de pulgas, además de las revisiones y vacunas periódicas. Dale montones de cariño y pronto olvidará sus quejas.